A partir del reprocesamiento de mis traumas, me he dado cuenta que mi déficit de identidad masculina no solo era por abusos, sino que era un conjunto de cosas familiares, un padre ausente, una madre sobreprotectora. Estaba lleno de complejos, y a raíz de la terapia comencé a sentirme más seguro y capaz, vi que era algo que no se iba a quedar para toda la vida, sino algo que se podía trabajar. La terapia reintegrativa, reintegró todo lo que estaba fragmentado en mí, yo estaba partido en mil pedazos y lo que hizo fue recoger esos pedazos y armarme otra vez como persona, como ser, hoy me siento seguro, con autoestima buena, me siento capaz de hacer muchas cosas, es como si hubiese vuelto a nacer.
JonathanColombia
Antes me sentía roto, incompleto, que nunca cumpliría las expectativas que la masculinidad demanda. Hoy me siento completo. Miro a otros hombres como iguales. Ahora los veo más imperfectos, tanto como yo. Me siento con mucha confianza y expectativas en el futuro. Es más fácil enfrentar los retos. Me siento confiado, seguro, optimista, más capaz. La relación con mi esposa ha mejorado mucho. También con mis hijos, especialmente con mi hijo varón. No ha sido un proceso fácil. Es algo doloroso, requiere de mucha responsabilidad y valor para trabajar. No ves muchos sentimientos, mucho dolor. A veces quisieras no seguir por lo doloroso que esto es. Lo clave ha sido el apoyo incondicional de mi esposa. Lo que ayudó drásticamente para tener avances consistentes fue mi red de apoyo.
JavierMéxico
Una buena amiga me recomendó al terapeuta Alberto, llegué a mi cita con él después de tres días sin dormir y con crisis de miedo, angustia, ansiedad y un vacío existencial muy fuerte. Empezaron mis terapias, al mes y medio fui sintiendo una mejoría, empecé a conocer lo que me estaba pasando. Dejé de tomar tranquilizantes que el médico me había recetado. Aprendí a tranquilizarme sola con ejercicios y oración que el terapeuta me aconsejó hacer. Me siento y soy una mujer más segura, liberada. Ahora puedo manejar mis miedos, angustias, ansiedades, ya puedo dormir sin tranquilizantes, veo la vida de diferente manera. Después de una noche oscura siempre habrá un mañana lleno de luz. ¡Gracias!
Guadalupe OrozcoMichoacán, México
La terapia con Alberto fue un punto de inflexión en mi vida. Su enfoque combinado con su empatía, me permitió identificar y modificar muchas situaciones con las que había vivido por años y que no me permitían avanzar en muchos aspectos. Gracias a su guía, después de algunos meses de terapia, experimenté por primera vez una sensación de calma y bienestar duradera. Le estaré siempre muy agradecida.
MGToluca, Edo Méx.