Un tema tabú del que poco se habla, muchos hombres creen que por serlo (hombres) tenían que haberlo disfrutado, y no hay nada más alejado de la realidad, a pesar de que algún aspecto placentero y parcial pueda hacerlos sentir culpables es claro, y la ciencia no deja lugar a dudas, produce una fractura traumática en la psique infantil.
Es claro que este tipo de abusos afecta la identidad y la forma de vivir la sexualidad de adultos si es que antes no son ayudados.
Muchos que son abusados sexualmente por hombres desarrollan una atracción compulsiva homosexual, otros una inseguridad masculina, o como en nuestro ejemplo, un alejamiento de la mujer... como explica el muchacho, por el miedo traumático a la cercanía corporal, que les hace sentir invadidos... ese fenómeno suele ser compensado con una excitación sexual desordenada/desadaptativa o en otros, el extremo contrario de inhibido.
Y pocos se enteran... así tenemos a muchos sacerdotes y jóvenes.
Todo niño o niña abusado, carga por default un trauma añadido la mayoría de la veces, el del abandono: “¿Donde estaba mi papá o mi mamá cuando me hacían esto?” o “¿Cómo es posible que el que tenia que cuidarme y amarme me haga esto?” Una sensación de TRAICIÓN PROFUNDA.
No defiendo como muchos psicólogos, las faltas al 6to Mandamiento. La castidad es un valor necesario para ver a Dios, lo dice claramente Cristo en el Evangelio, y al mismo tiempo entiendo que el camino a la virtud es un proceso que muchas veces implica no solo la práctica de la virtud sino también la sanación de las heridas internas y la paciencia de atravesar ese proceso. Por ello es necesario en estos temas sexuales, posicionarnos en un término virtuoso, es decir, sin excesos o defectos. En resumen, tenemos claro cuál es el objetivo, conseguir las virtudes que nos equilibran y pacifican, pero el proceso implica paciencia y una comprensión afectuosa de que nadie se hace en un día... tampoco nosotros mismos. Dios es el primero que nos tiene mucha paciencia y nos acompaña en el tortuoso camino de la sanación interior.
Mira el minuto 3:04 para el testimonio en varones.