Por José Alberto Garza del Río
(Fragmento)
En la cultura de hoy con frecuencia encontramos que, en la mente de muchos varones y mujeres, está anidada casi inconscientemente la creencia de que el padre importa bastante menos que la madre, o incluso en labios de feministas extremas se expresa el juicio de que el padre es totalmente prescindible. Así lo expresó, en su libro "Raising boys without men", Peggy Drexler de la Universidad de Cornell: “Es bueno criar a los hijos sin la presencia de un padre, por madres solteras o parejas lesbianas”.
También hay otra creencia bien esparcida entre nosotros de que los roles paterno y materno podrían ser intercambiables, y que se puede prescindir de uno o de otro. Pero, sin duda, domina más la perspectiva de que el padre es principalmente el prescindible. Expresiones cotidianas como “tuve que ser padre y madre de mi hijo”, emiten una muy buena y probablemente virtuosa intención, pero en sentido estricto difícilmente podrían sostenerse del todo a nivel científico. El simple hecho de nuestras limitaciones antropológicas y lo que la diferenciación sexual supone no lo permiten.Recientemente, el periodista de investigación Paul Reaburn (2014), en su libro "Do fathers matter? What Science Is Telling Us About the Parent We’ve Overlooked", se dedica a desmitificar estereotipos y medias verdades sobre la importancia del padre como figura no sólo desde el punto de vista contemporáneo, sino también desde una perspectiva histórica. Tiene la gran virtud de haber hecho una grandísima recopilación de estudios de diferentes disciplinas y muestra la efectiva aportación del padre específicamente, sin demeritar el rol de la madre. Ello, hay que decirlo, no ha sido a la inversa en términos generales en la investigación de los últimos años con respecto del padre...
Fragoso, A. (2022) Salud, desarrollo y el libre desarrollo de la personalidad humana: una perspectiva basada en la evidencia. México: ETM.